Los primeros Zócalos, no tenían ningún mecanismo que permitiera la fácil instalación del Microprocesador, la tarea de colocarlo en el zócalo era fácil pero riesgosa a la vez, cualquier error producía el quiebre de los pines. Con la introducción del ZIF (del inglés Zero Insertion Force) en el mercado, se conecta un microprocesador con un mecanismo que permite una fuerza de inserción nula, es decir la parte superior del Socket se desliza y permite una fácil colocación sin riesgo alguno, gracias a un sistema mecánico es posible introducir el microprocesador sin necesidad de fuerza alguna evitando así el riesgo de ruptura de una de sus pines de contacto.
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